¿Qué es Bitcoin?

Bitcoin es una moneda electrónica descentralizada, la primera de una larga lista y un hito en la historia mundial de la economía. No es difícil de comprender el concepto: alguien inventa unas fichas electrónicas y las pone a disposición de todo el mundo vendiéndolas a cambio de dinero «normal» o bien enseñando la forma de «acuñarlas». En principio, todo se reduce a esto: las fichas tienen el valor que la gente quiera darle de acuerdo con la oferta y la demanda. Luego, esas fichas electrónicas pueden usarse para cambiarlas por bienes o servicios, exactamente igual que cualquier otra forma de dinero.

Lo anterior es una explicación sencilla pero el concepto va mucho más allá. Veamos algunas de sus principales características:

  • Electrónica: porque Bitcoin, en principio, no existe como objeto físico. Cada Bitcoin o fracción de Bitcoin es una cadena única de bytes o caracteres alfanuméricos que se interpretan mediante un software especial que llamamos wallet o monedero.
  • Descentralizada: no existe un organismo central que los emita o controle. Esta característica es definitivamente innovadora puesto que democratiza de alguna forma el dinero que, hasta ahora, siempre fue algo controlado por determinados organismos o élites económicas.
  • Escasa: las reglas del juego de Bitcoin son claras y transparentes. Solo existirán 21 millones de Bitcoin (todavía no se han creado todos). Esto quiere decir ni más ni menos que cuanta más gente lo use más valor tendrá respecto a las monedas que se crean de forma indefinida como el Euro o el Dolar.
  • Infalsificable: la creación de Bitcoin se lleva a efecto mediante la resolución de complejos problemas criptográficos (o matemáticos, si lo prefieres). Todas las transacciones quedan apuntadas en cientos o miles de «libros de contabilidad» que deben ser exactamente iguales. Si mediante algún artificio creo o transfiero algún Bitcoin que no esté reflejado en esos libros de cuentas distribuidos por todo el mundo simplemente mi «Bitcoin» no será aceptado y, por tanto, es virtualmente imposible que pueda hacer este truco.
  • Privada: mi cartera de Bitcoin genera una serie de direcciones públicas a las que cualquiera puede enviarme monedas. Esas direcciones son una serie de números y letras virtualmente irrepetibles. Tales direcciones pueden ser conocidas por cualquiera ya que solo sirven para enviarme Bitcoin, más o menos como el número de mi cuenta corriente en un banco. A no ser que yo publique que esa dirección me pertenece, nadie puede saber que es mía. Por tanto, Bitcoin ofrece un alto grado de privacidad aunque no necesariamente un anonimato total. Por otra parte, un monedero Bitcoin puede generar un largo número de direcciones todas las cuales permitirán que las monedas lleguen a mi monedero. O sea, que es posible, si se quiere, generar una dirección distinta para cada transacción con lo que la privacidad es notablemente alta.
  • Segura: es difícil perder tus Bitcoin con unas simples medidas básicas de seguridad. Si has leido noticias sobre robos de Bitcoin te sugiero que te fijes en que todas ellas se refieren a bitcoins custodiados por terceras partes o a descuidos graves con las más elementales medidas de seguridad que se requieren para manejar un monedero electrónico como no guardar una copia de seguridad en sitio seguro u olvidar la contraseña. El problema de las contraseñas olvidadas no es infrecuente, como sabes, en cualquiera de los ámbitos de la vida virtual de muchas personas. Aprender a usar contraseñas fuertes y usar métodos para custodiarlas de forma segura es algo que aún no hemos interiorizado debidamente. Con una cultura simple en este sentido puedes estar seguro de que tus Bitcoin son mucho más imperdibles que los billetes de banco que manejas diariamente.
  • Transparente: porque el código de Bitcoin es un código abierto que todo el mundo puede revisar y porque su funcionamiento es claro y no se puede cambiar arbitrariamente. Las transacciones las puede ver cualquiera aunque, como he dicho, no se puede rastrear fácilmente quién las ha hecho. Pensemos en ello como una gran habitación llena de pequeñas cajas fuertes con una pequeña ranura. Cada pequeña caja fuerte es un monedero. En esa habitación hay cámaras por todas partes. Cuando yo quiero enviar Bitcoin a otra persona todo el mundo puede ver lo que hago pero es como si lo hiciera con una máscara que no permite que se me identifique. Lo que todo el mundo puede ver es que alguien entra a la habitación, abre una caja fuerte, saca una cantidad de monedas que también todo el mundo puede ver y, a continuación, se dirige a otra caja fuerte e introduce las monedas por la ranura.
  • Irreversible: una vez que alguien me envíe Bitcoin, el proceso es prácticamente irreversible. Esto quiere decir que cuando se ha hecho una transacción no hay vuelta atrás; con algunos matices como veremos en próximos artículos. Lo que está claro es que las transacciones en Bitcoin son mucho más seguras (y rápidas) que una transferencia bancaria o sistemas de pago como Paypal.
  • Independiente: tú eres tu propio banco. Cuando instalas un monedero Bitcoin no hay terceras partes que lo controlen, con la excepción de ciertos tipos de monederos online ofrecidos como servicio. Tú eres responsable de guardar una copia de seguridad que te permita regenerar tu monedero en caso de pérdida o daño del dispositivo electrónico en el que lo has instalado. Quizá es algo a lo que no estamos muy acostumbrados dado que hasta ahora hemos confiado nuestra vida financiera a ciertas entidades bancarias. Pero esto es un punto muy rompedor. Realmente esta independencia confiere un alto grado de seguridad si entendemos cómo funciona.

¿Para qué sirve Bitcoin?

Como te puedes figurar con lo visto hasta ahora Bitcoin sirve como cualquier otra moneda, para transmitir valor y confianza. Valor porque cada Bitcoin lo tiene, mayor o menor, comparado con otras monedas con las que estamos más acostumbrados a usar como referencia de lo que cuestan las cosas. Confianza porque si tú me das un Bitcoin yo tengo la confianza de que podré usarlo para adquirir cosas o como simple reserva de valor; es decir, para guardarlo para un futuro confiando en que siga teniendo un valor que me permita cambiarlo por bienes o servicios.

En definitiva, Bitcoin es una moneda y se puede usar exactamente igual que cualquier otra moneda que realmente tenga algún valor.

¿Pero qué le confiere valor a Bitcoin?

Usualmente pensamos que las monedas o los billetes de banco son deseables porque representan algún valor tangible. En algún tiempo de la historia económica del mundo puede que esto fuera así. Por ejemplo, cuando las monedas se hacían de algún metal interesante, la propia moneda tenía el valor que le atribuíamos a ese metal (oro o plata, por ejemplo). Posteriormente el dinero pasó a representar valores tangibles almacenados por los entes emisores de esas monedas o billetes. Pero hoy en día hablamos de monedas fiat, dinero basado en la confianza. La forma en la que se crea el dinero usualmente es muy oscura o, al menos, poco transparente para la gente que lo utiliza. ¿Cuántos Euros hay en circulación? ¿Cómo se crean? ¿Qué criterios se usan para inyectar Euros al sistema?. Si el resto de países confían en el dinero de la Unión Europea todo funciona, a pesar de la opacidad con la que ocurre todo para el usuario corriente. Pero imagina que, por ejemplo, China no quiere aceptar más Euros y exige que se le pague con Dólares u otras divisas. La pérdida de confianza en los Euros supondría su derrumbe. Con Bitcoin todas esas variables están perfectamente claras y pueden comprenderse fácilmente simplemente profundizando un poco, tal como estamos haciendo ahora mismo. En realidad, Bitcoin no representa ningún valor más que el que queramos otorgarle. Cuando se creó Bitcoin su valor era virtualmente cero. Esto ocurrió hace apenas 8 años. Entonces, alguna gente muy loca, viendo que parecía un concepto interesante, adquirimos esos primeros Bitcoin. Lo hicimos, tal vez, con algo de timidez para que nadie supiera que estábamos gastando «dinero de verdad» para adquirir una tontería electrónica. Pero el valor del Bitcoin se lo confiere su uso. Es la gente que cree en él y lo utiliza lo que le da valor. Un proceso que es una mezcla entre lo puramente especulativo y el uso real. En la medida en la que puedo usarlo como reserva de valor y para adquirir otras cosas, Bitcoin es dinero. Como esta confianza es fluctuante y el mercado de Bitcoin aún no es tan grande como el de las principales monedas centralizadas puede verse que su valor oscila a veces muy bruscamente haciéndolo notablemente volátil. Pero también, si observas como ha ido comportándose en estos 8 años, no ha dejado de ir incrementándose.

Subidas y descensos sonados ha tenido ya unos cuantos aunque cada vez que su precio se ha disparado para luego caer abruptamente siempre ha quedado por encima de valores anteriores. Es lógico; recuerda, es una moneda escasa: solo habrán 21 millones de Bitcoin y, a pesar de todo, algunos se habrán perdido por el camino. O sea que, cuanta más gente se va interesando por Bitcoin su valor tenderá a hacerse más y más grande. ¿Cuál sería el techo? Nadie puede decirlo. Si hace 8 años era prácticamente cero y ahora puede rondar los 10.000 euros es difícil saber por qué cota andará dentro de 5 años.

¿Debería invertir en Bitcoin?

En mi opinión el valor real del Bitcoin estribaría en poder usarlo como moneda corriente. Pero tampoco es despreciable su utilidad como reserva de valor. Desde luego, es más práctico que guardar lingotes de oro o una colección valiosa de sellos. Puede que no sea tan bonito o algo que puedas acariciar como un tesoro pero no cabe duda de que es valioso. Como todas las inversiones en la vida tiene su punto de riesgo. Si te pones a pensar, puedes imaginar mil desastres. Pero tus lingotes de oro pueden ser robados o, incluso, encontrarse una reserva enorme de oro y que su valor descienda notablemente. Y ya si imaginamos desastres de más envergadura puede que la situación mundial se complique (aún más) y que el oro deje de ser algo interesante. Los sellos de correos, por otra parte, son susceptibles de sufrir numerosos contratiempos.

En todo caso puedes imaginar que un desastre mundial pudiera hacer desaparecer Internet y, por tanto, la posibilidad de usar Bitcoin. En ese caso, mejor si dispones de un terreno para cultivar hortalizas. No sé, los miedos nunca voy a conseguir quitártelos pero, por lo pronto, Bitcoin parece un valor bastante seguro si has interiorizado correctamente sus características fundamentales. Cierto que siempre habrá historias que creen pánico temporalmente en los volubles mercados; pero esas no me preocupan especialmente. Bitcoin es casi una marca valiosa, como Coca Cola o Nike. Da la sensación de que va a ser difícil que deje de estar presente en los años venideros.

Pero creo que es tarde para invertir en Bitcoin

Nunca es tarde si la dicha es buena. Cuando Bitcoin costaba 100 euros mucha gente consideraba que ya había perdido el tren y que ya no merecía la pena tener unos pocos Bitcoin. Al fin y al cabo, el precio parecía excesivamente grande. No llovió mucho desde entonces; no solo por la sequía sino porque tampoco fue tanto tiempo atrás. Quizá mucha gente no puede pensar en adquirir un Bitcoin pero dado que es fraccionable hasta la cienmillonésima parte, en todo momento se pueden adquirir fracciones. Si no puedes tener un lingote de oro de un kilo, siempre puedes adquirir unos gramos.

¿Y qué hay de las otras monedas descentralizadas?

Tras Bitcoin han venido muchas otras. Bitcoin ha sido un punto de partida, una creación inteligente que, al ser código abierto, ha permitido usar la idea y el propio código para desarrollar variantes. Algunas de ellas francamente interesantísimas. Actualmente existen miles (literalmente) de monedas electrónicas descentralizadas. Algunas de ellas se están usando como moneda y otras sirven de base a proyectos fascinantes. También las hay muy tontas; algunas incluso nacieron como una especie de broma pero, ya sabes, la gente es la que les confiere su valor. Hay monedas que mejoran indudablemente a Bitcoin, pero aún no son tan famosas. El futuro parece brillante a pesar del caos que supone ver que hay tantas. Si hasta ahora ya te costaba asimilar el concepto de Bitcoin y, espero, que a partir de hoy lo tengas más claro, ver tantas otras (Litecoin, Monero, Dash, Ether, Faircoin, Dogecoin…) puede producir hasta mareos. Pero no te preocupes, casi todas ellas son proyectos interesantes y no pocas funcionan ya en la vida real. Tendremos que acostumbrarnos. La verdad es que varias decenas de ellas se utilizarán cada vez más y están aquí para quedarse. Tal vez esta sensación caótica se irá resolviendo de diferentes formas. Por una parte, las personas asimilaremos tranquilamente que podemos usar varias de ellas. Igual que alguien se instala Whatsapp y Telegram y algunas apps más, tampoco es tanto lío tener varios monederos; o usar alguno que permita tener varias monedas al mismo tiempo. Paralelamente, aparecen servicios que facilitan pagar y cobrar en varios tipos de monedas y hacer cambios «al vuelo» de tal forma que una tienda reciba la moneda que quiera independientemente de con cuál de ellas haya pagado el comprador. Soluciones hay muchas pero, sobre todo, está la infinita capacidad humana de ir adaptándose a los cambios aunque estos sucedan de una forma tan vertiginosa.

De alguna forma tendrá que regularse todo esto

Bitcoin ha abierto las puertas a un mar de preocupaciones para los organismos y Estados que, hasta ahora, tenían el monopolio del dinero. Nadie podía pensar hace algunos años que Bitcoin y todo lo que ha ido apareciendo después tuviera tal éxito. La posibilidad de usar dinero descentralizado facilita, como es obvio, que mucha gente deje de pagar impuestos. Y, créeme, este es un asunto difícil de resolver. Hace mucho más tiempo que se trata de luchar contra la piratería informática y hasta ahora no hay una solución realmente efectiva. Los organismos que buscan regular y/o prohibir generalmente van muchos pasos atrás respecto a la inteligencia colectiva que subyace tras las ideas de código abierto.

Por una parte, es posible establecer regulaciones sobre empresas que ofrecen servicios relacionados con Bitcoin en tanto y en cuanto dichas empresas se ubican física y fiscalmente en un territorio. Pero esto representa una mínima parte del asunto. Por ejemplo, se puede intentar regular la actividad de las casas de cambio que permiten comprar y vender Bitcoin y otras criptomonedas exigiendo que se identifique completamente a sus usuarios. Pero esto afectará a aquellas empresas cuya sede social esté en determinados países. Mientras tanto, van apareciendo otras en lugares con una legislación más laxa o permisiva. Además, es inminente la eclosión de mercados o casas de cambio descentralizadas cuya regulación es tan improbable o difícil como los servicios de intercambio p2p de archivos basados en Torrent y otros protocolos.

Es virtualmente imposible fiscalizar las transacciones realizadas desde el monedero de una persona al de otra persona. Así pues, tienen un largo camino por recorrer los organismos reguladores mientras que la invención de nuevos métodos y sistemas corre mucho más velozmente.

Usar Bitcoin no significa necesariamente que se hagan las cosas al margen de la ley. Si alguien desea declarar sus ingresos en monedas electrónicas o declarar su incremento de patrimonio por el aumento del valor de las monedas digitales que posee, puede hacerlo tranquilamente. Tener Bitcoin es como tener un terreno o una cantidad de bienes valiosos. A medida que aumenta su valor tú puedes declarar, como buen ciudadano, la plusvalía. Aunque, es verdad, también podrías no declarar todo eso… lo que ya te exigiría una serie de piruetas de ingeniería fiscal transformar tus monedas electrónicas a moneda fiat. Eso sí, si no necesitas cambiarlas a Euros o Dólares y puedes usarlas en la vida corriente, la tentación de guardarte el secreto puede ser grande.

¿Es cierto que Bitcoin se utiliza para actos criminales?

Depende de lo que se entienda por actos criminales. ¿Se puede pagar con Bitcoin a un asesino, comprar armas, drogas o realizar extorsiones? Pues sí. Es una moneda. En eso no es diferente a los Euros, sobre los cuales no solemos plantearnos estas dudas existenciales. Si contrato a un asesino y acepta Bitcoin como pago, está claro que puedo hacerlo. Pero si quiere un maletín con Euros, también. De hecho, es seguramente mucho más frecuente (con harta diferencia) que se financien actos criminales con billetes como los que llevas en el bolsillo.

La razón por la que aparecen tantas noticias negativas, en este sentido, sobre Bitcoin no puede ser otra que la necesidad de meter miedo sobre su uso. Recuerda, Bitcoin es un gran problema para quienes tenían hasta ahora el monopolio del dinero. Muchos medios de comunicación son órganos de propaganda utilizados para tratar de mantener las cosas como eran hasta ahora. Pero el argumento metemiedos se derrumba si piensas en cuántos actos criminales se estarán financiando con billetes de Euro. El uso de monedas electrónicas descentralizadas para actos delictivos no es un problema directamente asociado a ellas sino al hecho en sí de que existe la delincuencia. Si un delito no se paga con Euros, Dólares o Bitcoin se puede pagar igualmente con favores lo que no convierte necesariamente al trueque en un instrumento de la mafia. Con la misma razón, el hecho de que se especule criminalmente con alimentos (favoreciendo que mucha gente pase hambre o viva miserablemente) no convierte a dichos alimentos en comida criminal.

Ventajas sociales y económicas de Bitcoin

Si preferimos una visión más positiva, Bitcoin supone una serie de ventajas para la gente corriente. Por ejemplo:

  • Se evitan los cargos y comisiones por guardar dinero en entidades bancarias.
  • Los costes por transacción (transferencia) de dinero de un sitio a otro del mundo serían (hipotéticamente, que tendremos que tratar este tema a fondo) muchísimo menores.
  • Los pagos y cobros en Bitcoin serían mucho más rápidos. La idea es que fueran prácticamente instantáneos; luego la realidad es otra pero para eso hay también muchas opciones en monedas electrónicas. Lo que está bastante claro es que enviar dinero de un sitio a otro del mundo mediante transferencia bancaria es notablemente más lento.
  • Es muchísimo más seguro viajar con Bitcoin que llevar en el bolsillo un fajo de billetes.
  • Guardar tus ahorros es tremendamente más fácil con Bitcoin. Y seguro, aunque entiendo que haya gente que aún cree en que los bancos lo son más.
  • Los monederos con Bitcoin son inmunes a los bloqueos de cuentas y corralitos financieros.
  • Si estás viviendo una situación complicada, los Bitcoin no te los pueden embargar.
  • El Bitcoin aumentará mucho de precio con el tiempo. Si guardas Euros debajo del colchón tras unos meses comprarás menos cosas con ellos.

Espero haber aclarado algunos conceptos sobre Bitcoin en este artículo pero iremos profundizando muchísimo más en sucesivas publicaciones. Creo que es muy importante que no renunciemos a conocer a fondo esta explosión de creatividad financiera y económica que nos están proporcionando las monedas electrónicas descentralizadas. Bitcoin es el principio de un camino realmente apasionante.

@sofocles